No hay nada mejor como que tu boda sea recordada por lo divertida que fue y lo bien que lo pasaron los invitados.
Y una boda divertida, no significa que tenga que ser cara, que tengas que estar al tanto de todos los detalles o que tengas que esforzarte mucho.
Una boda divertidísima es una boda relajada, dónde los primeros que disfrutan son los novios. Se sabe que no todo va a ser perfecto y se acepta, porque aunque duela oírlo, una boda no es más que una fiesta, una fiesta carísima, así que ¡disfrútala!